El número de bebés y niños que sufren de dermatitis o piel atópica es cada vez mayor, y controlar los brotes o evitar que aparezcan puede ser muy complicado. Sin embargo, si tienes en cuenta determinadas pautas en vuestra rutina diaria, puedes ayudar mucho a tu pequeño. Lo más importante es mantener bajo control la situación previa al brote, para tener a raya los síntomas y evitar que el brote llegue a aparecer.
En otro post que puedes leer aquí, ya tratamos el tema de los bebés con dermatitis o piel atópica y qué cuidados específicos debemos tener presentes durante el verano. Hoy queremos darte 4 claves que te ayudarán a proteger a tu pequeño y combatir los temidos brotes con mayor eficacia durante todo el año. Toma nota mamá!
- Utiliza sábanas, bodies, camisetas interiores y pijamas suaves y transpirables, de algodón 100% o, aún mejor, de algodón orgánico. Los tejidos de fibras naturales como el algodón orgánico o el bambú están libres de tóxicos y son los más adecuados para los bebés y niños con la piel delicada o piel atópica. No vistas a tu pequeño con prendas de lana y cuidado con las etiquetas de la ropa. El objetivo es evitar cualquier posible irritación.
- Establece unas rutinas diarias para el cuidado de su piel, con el fin de intentar evitar la aparición de nuevos brotes. Si entre brote y brote, hidratas y nutres su piel a diario con productos adecuados para pieles sensibles o atópicas, tendrás mucho ganado. Principalmente, recuerda utilizar productos Sin perfume y sin ingredientes oclusivos ni irritantes para la piel como parafinas, vaselinas u otras sustancias químicas o derivados del petróleo. Desgraciadamente, este tipo de ingredientes también forman parte de muchos productos que sin embargo se venden como específicos para pieles atópicas. Ante la duda, la mejor opción es utilizar lociones, emulsiones o cremas hidratantes corporales de cosmética natural y bio, libres de tóxicos y diseñadas específicamente para mimar las pieles delicadas o atópicas de los más pequeños. Algunos ingredientes naturales muy beneficiosos para el tipo de piel de tu peque son la caléndula, el aceite de almendras dulces, la malva blanca, la avena o la manteca de karité, entre otros.
- Cuando el brote ha aparecido, ten en cuenta también determinadas rutinas para lograr que desaparezca cuanto antes. Baños o duchas muy breves, pero tan habituales como consideres necesario para eliminar el sudor, que puede ser tremendamente irritante. Utiliza agua templada y geles sin jabón ni perfume, especiales para pieles atópicas y mucho mejor si son de cosmética natural.
Para calmar el picor y ayudar a tu pequeño a combatir el brote, puedes agregar copos de avena, si es bio mejor, al agua de la bañera. También puedes formar un saquito con una telita de algodón o una gasita e introducir dentro los copos de avena. Deja el saquito dentro de la bañera y utilízalo como esponjita, pasándolo con suavidad por la piel de tu peque. El baño de avena le aliviará mucho y contribuirá a eliminar el brote.
Después del baño, seca con una toalla de algodón 100% a toquecitos, sin arrastrar. Inmediatamente, aplica la loción o crema que te haya recomendado tu dermatólogo para contener los brotes y eliminarlos. Si su recomendación te ha llevado a la cosmética ecológica, estás de suerte, porque hay productos de cosmética bio maravillosos, destinados a suavizar la piel lesionada, calmar y aliviar los picores y eliminar los brotes de forma eficaz, sin tóxicos. Por ejemplo, es el caso de la marca española de cosmética ecológica Iwonatura, que dispone de un Serum Reparador para dermatitis 100% bio que da unos resultados estupendos desde la primera aplicación. Otro ejemplo genial es el de Matarranía, una increíble marca turolense de cosmética bio, que cuenta con un Bálsamo Reparador de Hipérico que es otra joya para la piel…
- Ojo con los peluches de su habitación. El lugar en el que duermen los peques, especialmente los que tienen la piel tan sensible, no debe estar demasiado cargado de muñecos o peluches, ya que dificultan una limpieza adecuada del cuarto y, con frecuencia, pueden acumular ácaros del polvo que perjudican mucho a tu pequeño. De hecho, una de las claves para tener controlados los síntomas de los posibles brotes es evitar alérgenos a su alrededor, que puedan desencadenar los dichosos brotes. Cuanto más despejada esté su habitación, mucho mejor para su salud en general y su piel en particular.
Como complemento a sus cuidados, es aconsejable que incluyas en la dieta de tu peque alimentos ricos en vitaminas A, B, C y E, como la calabaza, la zanahoria (ricas en betacarotenos, que ayudan a mantener la piel sana, más suave, lisa y luminosa), y también la manzana, el apio, el pepino, los arándanos, las espinacas, los aguacates, la sandía, los espárragos… Para algunas personas, la leche (incluso la desnatada) puede hacer empeorar las lesiones que aparezcan en la piel. En cuanto al chocolate, mejor evitarlo por su poder alérgeno. De comer de algún tipo, el chocolate negro es la mejor elección.
En resumen, es fundamental ser constante en el día a día y evitar que la piel de tu pequeño se reseque. Para ello, no olvides hidratarle mucho entre brote y brote y cumplir con las rutinas diarias para el cuidado de su piel como una obligación. Además, debes evitar los posibles alérgenos que puedan desencadenar reacciones en su piel, así como las situaciones de estrés que pudieran afectarle y dar lugar a un nuevo brote. Por último, ¡muy importante!! Evita los productos cosméticos, detergentes y prendas de ropa que puedan resultar irritantes para su piel: utiliza cosméticos bio específicos para pieles delicadas o atópicas y detergentes naturales, así como prendas confeccionadas en algodón 100% o mejor aún, algodón orgánico certificado, libre de tóxicos.
Estas claves que te damos, quizá te resulten obvias… sin embargo, es importantísimo seguirlas a diario en los casos de bebés con problemas de dermatitis, eczemas o piel atópica. Un granito de arena por si sólo no hace una playa, pero si juntas muchos granitos de arena… conseguirás grandes resultados. ¿No te parece?
